miércoles, 18 de noviembre de 2015

Un cumpleaños campestre

El sábado pasado fue mi cumpleaños y decidí que la mejor manera de celebrarlo era organizar un plan tranquilo en el que la buena compañía fuera el ingrediente principal.

Me apetecía un plan slow, así que opté por organizar una comida en el campo. Todo ésto no hubiera sido posible sin dos personas: un novio que me ofreció hacer el cumpleaños en un paraje en el que nada puede salir mal y una hermana que se hizo cargo de los postres y de la decoración creando una fiesta de cumpleaños sacada de Pinterest.



Dado que era un plan campestre, la decoración, que corrió de la mano de Todos los días son Viernes, fue muy sencilla y en ella se recurrió a elementos naturales decorativos propios de mi estación favorita: el otoño. Tengo que reconocer que me dio hasta pena ponerse a comer en una mesa tan bien puesta.




El menú fue el que cabe esperar en el campo: una tan sencilla como sabrosa ensalada, ricas carillas acompañadas de arroz blanco y mis amadas migas pastoriles, todo ello marinado con un vino tinto excelente que, espero, hiciera las delicias de los comensales. 

El postre, por su parte, fue algo más exótico, ya que mi hermana montó un candybar en que no sólo había golosinas sino también estaban las tartas: una de chocolate y otras dos de manzana, todo ello dentro de un pequeño cenador de gasa que daba un aire de lo más sofisticado a la mesa de postres a lo improvisado se montó en medio del campo. 


Como toda celebración en que la gente se encuentra a gusto, acabamos cenando frente a la chimenea, riendo sin saber por qué, echando una mirada atrás en el tiempo y, cómo no, haciendo planes para el futuro.

Como podéis apreciar en las imágenes (cortesía de Todos los días son Viernes y de Luz Ybarra) fue un cumpleaños de ensueño en que, sin embargo, como ya he dicho lo mejor fue poder celebrarlo con la familia y con los amigos.

En resumen, fue un cumpleaños inolvidable.

Fina 



2 comentarios: